miércoles, 30 de septiembre de 2015

Un comienzo

He pensado en escribirte porque me gustas, me gustas, me gustas; lo repetiria miles de veces... ¿Has recibido muchas cartas de amor en los últimos tiempos?, aqui tienes una.  Probablemente esta sea la primera, pero espero que no sea la última.
El objetivo de estas líneas es aclararte lo que siento por ti. Porque estos encuentros del principio resultan dulces  y emocionantes, pero estamos en un tira y afloja intentando no mostrar todas nuestras cartas. Y lo entiendo como un buen método defensivo, pero yo prefiero hacer las cosas de otra manera, prefiero ir a las claras. Resulta que, si te hablo con sincerad, en este poco tiempo has echo que suba a las nubes de locura. Estoy loquita por ti. En la primera  cita ya no podía resistirme a tu sonrisa, en la segunda nopude   evitar rendirme, y en la tercera no me podre resistirme a tus encantos. Por eso espero con ansiedad ese próximo encuentro que espero que se produzca pronto. Y la verdad es que ese es el otro objetivo: que nos volvamos a ver enseguida. Porque la verdad es que tengo urgencia de ti, de volver a acariciar tus besos y de seguir conociéndote en esas charlas que no tienen ningun sentido.  Y por supuesto que tengo urgencia de más. Aquí te dejo esta carta y con ella todas mis cartas boca arriba, porque la intuición me dice que no debo protegerme de ti. Te espero, pero con prisa. 
Tambien quiero que seáis cielo, que no quiero perderme tus barbas de cinco días los trescientos sesenta y cinco del año, aunque haga sol, ni que me recuerdes las cosas que te he dicho y ya se me han olvidado, las cosas importantes, según tú.  Quiero seguir aprendiendo como hacerte reir dia a dia.
Que te enfades cuando me paso la tarde sin hacer nada y estoy en época de exámenes o cuando te llamo ~señor inteligente~.  Te pones muy gracioso cuando sonries o intentas picarme, eso me provoca mariposas en mi pequeño estomago, sabiendo certeramente que lo conseguirás y te vuelves tan bonito cuando me miras... Me gusta poner caras espontáneas porque sé que te gusta y admito que a veces lo hago para que sonrías, te revuelvas bruscamente y sueltes una carcajada. Me declaro fan de las caritas sonrientes y tú sabes por qué. Me declaro fan tuya. Me resulta fácil quererte de lunes a lunes, incluso los días festivos, porque tu ropa huele a ti, y esa camiseta… y tu forma de conducir ( que me gustaria saberla ), de desprenderte de tus brazos y de contarme con detalle qué has hecho en el día, de que me ayudes a repasar la tarea y finjas que me escuchas y mientras miro la forma de tus labios e intento provocarte, que ya sé que tu momento de reflexión diario es en la ducha, que tienes miedo a decir cosas de amor enpersona al igual que yo   y que me vere las películas de acción si hace falta, se que son tus películas favoritas , por estar contigo haria lo que sea.  Que los te quieros que nos decimos no son lo más bonito que hay entre tú y yo,  que son las cosas que compartimos lo que me hace feliz. Que podría escribir de miles de maneras tu cara de ilusión y de enfado; que quiero despertarme a tu lado todos los viernes a medianoche y quedarme dormida después de un orgasmo, a veces fugaz, a veces salvaje, a veces romántico, pero siempre tuyo, siempre mío, siempre nuestro. Que quiero seguir conociéndote todas las mañanas, que no quiero tus días normales, quiero tus días felices y tus días amargos, y no tengo razones comprobables, sólo puedo decirte que sigo ilusionada, igual que se enamoran los niños de su juguete favorito. Que hoy he aprendido, que puedo vivir sin ti, sin embargo, ya no quiero hacerlo.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Por qué nos aferramos tanto a una persona?



A veces nos hacemos adictos a alguien que nos hace sentir bien y a la vez mal… 
Es algo que nos preguntamos en ciertas ocasiones, cuando te das cuenta de por qué no puedes dejar ir a alguien que quizás no es bueno para ti, que quizás no da lo suficiente por ti, o que simplemente no está ahí para ti, entonces viene esta pregunta: ¿por qué aferrarme tanto? ¿por qué no simplemente lo dejo ir, dejo que todo se vaya? Y es cuando te pones a pensar: Dejaré ir que se vaya su sonrisa, sus ojos, esos ojos tan grandes y negros que me pierdo en ellos, su risa la que ilumina mis días, ese caminar tan despreocupado que lo caracteriza, esa mirada tan profunda pero a la vez tan relajada que me tranquiliza, sus manos que cuando me tocan erizan mi piel, sus labios que con tan solo rozar me hacen volar al infinito. Es por eso que lo dejaré ir, al igual esas manías que lo caracterizan, la forma en que me hace sentir, la seguridad que él me da cada vez que lo escucho hablar, son tantas cosas que me otorga sin que se de cuenta, es por eso que me pregunto: ¿por qué me aferro tanto a el?
A veces es tan difícil dejar ir a una persona, más si se ha significado demasiado para ti, si te ha dado muchas razones por la cual ser diferente, o ser mejor persona. Es tan complicado soltar todos esos sentimientos que se tiene hacia ella, que simplemente te aferras y no lo puedes soltar aunque sabes que no es bueno para ti, por todo lo que te ha hecho pasar, porque en ocasiones las personas que no podemos dejar ir son las más tóxicas, las que nos hieren día a día aunque también nos hagan sentir bien en ciertos momentos. Aunque no queramos aceptar la realidad esas son las razones por las que nos atamos tanto a una persona, por lo bien que nos hace sentir y por lo mal que nos hacen sentir. ¿Qué sería de la vida si todo fuera felicidad? Sería algo muy asombroso porque pocas veces pasa, pero los sentimientos más profundos son los que nos dan las personas tóxicas, los que nos hacen sentir vivos y no darnos por vencidos, así que es por eso que creo que te aferras tanto a una persona que no es buena para ti, porque te da motivos de continuar y seguir adelante.